Fenicio estaba realmente emocionado con todo lo que estaba pasando en su vida, y miraba a Mía con incredulidad.

—Lo sé, y lamento si te asusté — habló Fenicio con una mirada de preocupación mezclada con cariño —. Quería algo inolvidable, pero quizás me dejé llevar por la emoción.

—Inolvidable definitivamente fue —dijo Mía e hizo una pausa, mirándolo a los ojos con una chispa de alegría y nerviosismo—. Fenicio, hay algo que debes saber... algo que hace que nuestra aventura en el aire sea aún más memorable.

—¿Qué sucede, amor? —preguntó con una mezcla de curiosidad y ansiedad

Mía lo observó dudosa y hasta un poco temerosa, tomando una profunda inspiración, sus ojos brillaban con lágrimas de felicidad.

— Estoy embarazada, Fenicio. ¡Vamos a tener un bebé! —Soltó todo de un tirón mirándooslo a Fenicio con temor.

El semblante de Fenicio, usualmente una fortaleza inexpugnable, se desmoronó ante la noticia que Mía le entregó envuelta en una sonrisa temblorosa. La sorpresa lo golpeó co